La vida es tan sencilla como un viaje en tranvía, escribió Kafka: lo problemático son el chófer, los pasajeros y las calles. Lo verdaderamente problemático, creo yo, es por qué me dieron un billete para esta línea en vez de para esa otra que corre en paralelo a la mía, o en perpendicular, o para otra que no corra en absoluto.
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