sábado, 29 de enero de 2011
El escorpión y la tortuga
Se supone que envejecer es la destreza del escorpión y la tortuga, que desarrollan un caparazón para protegerse de las agresiones externas. No es cierto. Me hago mayor, pero las cosas siguen doliéndome lo mismo que de costumbre, y a veces más. Anoche, en un documental, vi a un niño vietnamita de dos años abrasado por napalm y esta noche no he podido pegar ojo; en lugar de piel, el niño tenía una bandera rota en torno a la espalda y los tobillos. Chesterton dice no sé dónde que un hombre se volvió loco por no poder cesar de pensar en un matiz del color rojo. El padre de una amiga nuestra, octogenario, no puede encontrar el camino de regreso a casa cuando sale a pasear. Teresa, mi mujer, opina que el mal de Alzheimer es algo espantoso. Yo no.
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