sábado, 5 de febrero de 2011
Pensar con el cuerpo
A veces, me cuesta comprender que Descartes afirmara que es posible pensar sin el añadido del cuerpo. Para mí, por contra, y creo que para cualquier hijo de vecino, el pensamiento es una función puramente anatómica: uno piensa con las piernas, como decía Nietzsche mientras subía y bajaba sus cumbres suizas, uno tiene una opinión derecho y otra sentado, como escribió Lichtenberg (al que Nietzsche leía mucho) no sé si de pie o en una butaca. Nuestro parecer sobre la vida y la muerte, el destino y lo que haremos mañana depende, me temo, de las ganas de orinar, las cosquillas y la china en el zapato. El cerebro es un órgano que se extiende hasta los talones.
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