Mostrando entradas con la etiqueta memoria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta memoria. Mostrar todas las entradas
jueves, 13 de septiembre de 2012
Bodega
El presente sabe a vino tinto: en diez años mejora sensiblemente; en veinte, es irresistible.
viernes, 12 de agosto de 2011
Un clavo quita otro clavo
El mejor modo de olvidar es recordar lo que antes nos habíamos esforzado en olvidar.
lunes, 25 de julio de 2011
miércoles, 8 de junio de 2011
Tormenta de verano
El creador inventó la lluvia para convencernos de que no todo pasado merece ser olvidado.
sábado, 4 de junio de 2011
De cuyo nombre no quiero acordarme
La vergüenza es un sistema de protección de memoria que impide el almacenamiento de sucesos o cosas que no deberían existir.
jueves, 19 de mayo de 2011
Con diez cañones por banda
Aprender de memoria es el método más eficaz para olvidar cuanto antes una información inútil.
lunes, 9 de mayo de 2011
El ayer del mañana
La vida consiste en seleccionar recuerdos, hacerlos pasar delante de nuestros ojos como cromos o canicas para quedarnos con unos y relegar el resto a la caja de latón donde se oxidan. El pasado de ayer no es el mismo que el de mañana: en el futuro no serás el mismo niño que fuiste.
domingo, 27 de marzo de 2011
Con apuntarlo basta
Disponemos de agendas para poder olvidar de inmediato lo que es necesario que recordemos.
miércoles, 16 de marzo de 2011
sábado, 5 de marzo de 2011
domingo, 20 de febrero de 2011
Revenant
Dicen que la muerte es el olvido. Entonces comprendo que muchos crean en la existencia de los zombis.
sábado, 19 de febrero de 2011
Anámnesis
Platón enunció: conocer es recordar. Y vino sir Thomas Browne y le corrigió: no, maestro, conocer es olvidar.
viernes, 18 de febrero de 2011
viernes, 11 de febrero de 2011
sábado, 29 de enero de 2011
El escorpión y la tortuga
Se supone que envejecer es la destreza del escorpión y la tortuga, que desarrollan un caparazón para protegerse de las agresiones externas. No es cierto. Me hago mayor, pero las cosas siguen doliéndome lo mismo que de costumbre, y a veces más. Anoche, en un documental, vi a un niño vietnamita de dos años abrasado por napalm y esta noche no he podido pegar ojo; en lugar de piel, el niño tenía una bandera rota en torno a la espalda y los tobillos. Chesterton dice no sé dónde que un hombre se volvió loco por no poder cesar de pensar en un matiz del color rojo. El padre de una amiga nuestra, octogenario, no puede encontrar el camino de regreso a casa cuando sale a pasear. Teresa, mi mujer, opina que el mal de Alzheimer es algo espantoso. Yo no.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)