lunes, 31 de enero de 2011

La conversación

Es como mantener una conversación en otro idioma que no dominas del todo. Captas palabras aisladas, que a veces comprendes y a veces no, completas el espacio entre frases con suposiciones que pueden apoyarse en el tono del interlocutor o el tema central al que parece referirse. Con esfuerzo, recreas para ti un panorama aproximado del sentido del diálogo y eso te permite intercalar un comentario ocasional, que esperas que no sea tomado demasiado en serio: cuando el otro te contempla de hito en hito, como preguntándose si estás de broma, un escalofrío te endurece la espalda. Entonces, sin previo aviso, cumples cuarenta años y te resignas.

1 comentario:

  1. El privilegio que se concede a los muy viejos es la condescendencia para con todas sus peculiaridades.

    Sin más coetáneos, son piezas de museo que siguen viviendo por alguna irregularidad. Además sufren la pena de ser los últimos representantes de los hombres verdaderamente normales.

    Excelente sitio. No le des mucha importancia, jeje.

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